Durante primavera, verano y otoño necesitamos botas de montaña o unas botas de trekking que cumplan con tres aspectos:

  1. La suela sea lo más rígida posible para que el trabajo con los crampones sea eficiente y no se muevan al caminar;
  2. también que sean impermeables ya que pasaremos la mitad del viaje en terreno nevado;
  3. y por último que sean lo suficientemente altas como para cubrir completamente los tobillos para que cuando la pendiente sea más pronunciada, nos faciliten la progresión y otorguen seguridad.

En invierno, o cuando las condiciones son frías, si o si necesitaremos una buena bota de montaña que no sólo sea impermeable, si no que también sea abrigada!

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