Durante primavera, verano y otoño necesitamos botas de montaña o unas botas de trekking que cumplan con tres aspectos:
- La suela sea lo más rígida posible para que el trabajo con los crampones sea eficiente y no se muevan al caminar;
- también que sean impermeables ya que pasaremos la mitad del viaje en terreno nevado;
- y por último que sean lo suficientemente altas como para cubrir completamente los tobillos para que cuando la pendiente sea más pronunciada, nos faciliten la progresión y otorguen seguridad.
En invierno, o cuando las condiciones son frías, si o si necesitaremos una buena bota de montaña que no sólo sea impermeable, si no que también sea abrigada!